Universidad
Especializada de las Américas
Decanato
de Extensión
Programa
de Diplomados.
Licenciatura
en Ciencias del Trabajo.
Asignatura:
Marco
Conceptual de la Legislación Laboral
Tema:
Aportes de las mujeres al Movimiento Sindical
Panameño.
Profesora
Deika Nieto
Estudiante
Zoraida I. Aizpurúa M.
Marzo
13, 2015
APORTES
DE LAS MUJERES A LAS LUCHAS DEL
MOVIMIENTO
SINDICAL EN PANAMA.
Antecedentes:
A inicios
de siglo las organizaciones de mujeres estuvieron concentradas en la
asistencia social o beneficencia. Esto cambió desde los años
veinte, cuando el enfoque socioeconómico del Estado Nacional
facilitó la incorporación de la mujer a la producción y
aparecieron movimientos reivindicativos femeninos que se planteaban
la defensa de los derechos de la mujer trabajadora. La participación
social de la mujer se fortaleció con el surgimiento de
organizaciones sindicales populares y los primeros brotes de
organizaciones estudiantiles.
Aparición
de movimientos de mujeres y alianzas.
Paralelamente,
en la lucha por el sufragio femenino, nació el Partido Nacional
Feminista (1923) organizado por Clara González, tras un congreso en
el que participaron más de doscientas delegadas de todo el país. En
1924 creó la Escuela de Cultura Femenina, que funcionó por varios
años, llegando a aglutinar hasta 800 mujeres, en su mayoría amas de
casa, que aprendían sobre sus deberes y derechos de ciudadanas. En
1925 fundó la revista Orientación Femenina y en 1926 sometió a
consideración de la Presidencia de la República, además de la
petición del derecho a voto, la creación del Tribunal Tutelar de
Menores y de una Caja de Crédito Popular. De esta etapa son
representativas la Sociedad Nacional Feminista para el Progreso de la
Mujer Panameña (1923) que buscaba mejorar la educación de la mujer,
el Grupo Femenino Renovación y la Unión Obrera Femenina.
La
lucha por el derecho al voto:
Durante
las décadas del cuarenta y cincuenta aumentó el número de
organizaciones de mujeres de carácter gremial y de desarrollo
profesional, que se sumaron a las de tipo asistencial y de origen
religioso existentes. En 1944, Clara González de Berhinger fundó la
Unión Nacional Feminista, que luchó por orientar y crear conciencia
en las panameñas en la defensa de sus derechos, especialmente el
voto. Al convocar el gobierno a finales de 1944 a una Convención
Constituyente a realizarse en 1945, se integró un grupo denominado
Liga Patriótica Femenina, que emprendió una importante campaña en
el país, obteniendo la elección de dos representantes.
En
1941 habían obtenido un derecho restringido a sufragio que se haría
extensivo a todas las mujeres gracias a la Constitución de 1946
resultante de este proceso.
En
el decenio de los sesenta las organizaciones de mujeres siguieron
creciendo, pero en su mayoría fueron de carácter asistencial,
benéficas, religiosas o de esposas de hombres profesionales y de
negocios. Sin embargo, también crecieron las de tipo reivindicativo
sindical, gremial y político. De este período destacan la Alianza
de Mujeres Panameñas, cuyo objetivo era la lucha contra la carestía
de la vida y el mejoramiento de las condiciones sociales, la
Vanguardia de Mujeres Panameñas, que perseguía la protección de la
infancia y la lucha por la soberanía e independencia nacional, la
Federación Nacional de Mujeres Católicas (1963) y la Comisión
Femenina para la Defensa de los Derechos de la Mujer y del Niño
(1966), cuyo objetivo era la defensa de la familia, la protección de
la maternidad y la lucha por la participación política de la mujer,
aquí participó la dirigente Sindical Marta Matamoros.
Surgimiento
de organizaciones Femeninas:
En
los años setenta se crearon organizaciones femeninas de masas, cuyas
actividades se centraban en la participación en la lucha social.
Cabe destacar la Federación Nacional de Mujeres Democráticas
(FENAMUDE) y, a fines de la década de 1970, la Unión Nacional de
Mujeres Panameñas (UNAMUP), surgida principalmente del seno del
movimiento sindical con dirigentes destacadas como Marta Matamoros y
Cristina Cortéz y del movimiento estudiantil, al calor del
Torrijismo. Estas organizaciones sufrieron un proceso de desgaste con
la agudización de la lucha política. También destaca la presencia
de grupos de mujeres que, desde el mismo momento del golpe en 1968,
se organizaron para oponerse al gobierno militar. Así, en 1968 -y
hasta 1972- se publicó un semanario llamado Grito, editado
totalmente por mujeres. En todos esto grupos y movimientos sociales
siempre hubo espacio para la lucha por la reversión de la franja
canalera.
Las
luchas comunitarias y reivindicación laboral:
La
creciente participación de las mujeres panameñas en organizaciones
sociales la que ha creado alternativas para su integración al
desarrollo nacional. Un ejemplo de esto fue la creación, por parte
de organizaciones femeninas, de círculos infantiles en las
comunidades, con una concepción diferente a las guarderías
existentes, orientados al desarrollo integral del niño.
Los
movimientos sociales y su decaimiento y su desaparición:
Desde
1978 el movimiento popular y las organizaciones reivindicativas,
entre éstas las de mujeres, se debilitaron tras la reactivación de
los partidos políticos y la firma e implementación de los tratados
Torrijos-Carter. Esto llevó a que la incipiente cohesión del
movimiento femenino popular, que ya en los años setenta presentaba
divergencias, se erosionara aún más en los inicios de la década de
los ochenta. Las acciones de oposición al gobierno se reforzaron en
1979, en el marco de una huelga de los educadores. Entre las
organizaciones femeninas activas en este proceso destacan la
Federación de Mujeres Católicas y la Unión Patriótica Femenina.
Luchas
reivindicativas y sociales:
A partir
de 1984 la participación de la población en general en la búsqueda
de soluciones sociales varió debido al deterioro político y
socioeconómico del país. Las organizaciones populares, incluyendo
las organizaciones de mujeres, sufrieron un decaimiento. La
participación social estuvo limitada a la lucha política y a la
integración a los movimientos cívicos y a los partidos políticos
afines o adversos al gobierno de ese momento. Sectores de mujeres
fueron activos en promover protestas cívicas, exhortando a apagar
las luces de las casas, tocar las bocinas y golpear pailas vacías.
Disminuyó entonces la lucha de las organizaciones de mujeres por la
igualdad.
Entre
1986 y 1989 surgieron grupos femeninos que asumieron los estudios de
género desde diferentes perspectivas. Sus objetivos fueron el
estudio y reflexión sobre los temas de la mujer, la investigación y
difusión del enfoque de género. A este proceso se han unido las
organizaciones femeninas existentes desde la década anterior.
También participan organismos no gubernamentales integrados por
mujeres y hombres.
La
desmovilización popular se acentuó luego de la invasión militar
norteamericana a Panamá en diciembre de 1989, lo que también
impactó a las organizaciones femeninas o de apoyo a la mujer y de
igual forma también la participación a nivel de las dirigencias
sindicales. Desde 1991 se vienen realizando diversos intentos, tanto
gubernamentales como no gubernamentales, por darle coherencia a un
movimiento femenino que luche por la igualdad de la mujer en todos
los escenarios. En 1993 el Gobierno creó un Departamento de la Mujer
como organismo estatal especializado en la mujer y destinado a
promover políticas y programas para su desarrollo.
Surgimiento
de nuevas organizaciones:
Paralelamente,
organizaciones y ONG de mujeres crearon el Foro Mujer y Desarrollo,
cuyo Plan Nacional "Mujer y Desarrollo" apunta a una
estrategia de acción para un mejoramiento sustantivo de la situación
de las panameñas y su participación en la vida nacional. Militantes
de partidos políticos crearon otro Foro de Mujeres el que, más allá
de las diferencias ideológicas, se ha propuesto unir a las panameñas
en pro de las necesidades de todas las mujeres.
A
mediados de los años noventa se van reactivando los movimientos de
mujeres, y se van activando las mujeres a las dirigencias sindicales,
sin embargo el Neoliberalismo empieza a hacer perjudicial para los
sindicatos ya que muchas empresas textiles y del calzado, se le hacen
reformas a la ley de Seguridad Social, al Código de trabajo y la
cantidad de miembros de sindicatos disminuye considerablemente y
algunos ya empiezan a desaparecer.
El
movimiento sindical y la participación femenina:
Al
desaparecer o disminuir la industria textil y del calzado el
panorama es desalentador para el crecimiento de los sindicatos, al
contrario el cierre de las empresas, la disminución de la cantidad
de trabajadores y trabajadoras, y de igual forma hay una realidad que
es la baja participación de las dirigencias sindicales, sin embargo
las centrales obreras empezaron a incluir desde la década de los 90
en sus Juntas directivas las secretarías de Género y Familia, de
Asuntos Femeninos o de la Mujer, esto fortalece la incorporación de
la mujer a los sindicatos y a sus Juntas Directivas.
Hoy
las mujeres participan más en los sindicatos, en las mesas de
negociaciones de convenciones colectivas, son representantes de
empresa, de las comisiones de Seguridad Laboral y Salud Ocupacional
sin embargo aún hay muchas limitaciones debido a que siguen teniendo
triple rol: el trabajo, el sindicato y el hogar. Todavía les sigue
costando más su militancia sindical.
Las
Conquistas y las limitaciones:
Si
bien es cierto se han logrado algunas conquistas con las
negociaciones de convenciones colectivas, el camino sigue siendo
difícil para las mujeres dentro y fuera del sindicato, vemos algunas
de las limitaciones:
- Las horas de las reuniones no favorecen a la mujer trabajadora para cumplir con su rol de madre y esposa.
- La inseguridad ciudadana es menos favorable para las mujeres
- Las distancias del sindicato, el centro de trabajo y su sindicato no son favorables para cumplir con su triple rol.
BIBLIOGRAFÍA
GANDESEGUI,
MARCO; Las
Luchas Obreras en Panamá.
JORGE
FÁBREGA; Ensayo
sobre Historia Constitucional de Panamá.
Constitución
Política de 1972 de la Republica de Panamá.
Código
de trabajo de la Republica de Panamá.
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