UNIVERSIDAD
ESPECIALIZADA DE LAS AMÉRICAS
Licenciatura
en Ciencias del Trabajo
Licda.
Deika Nieto Villar
Facilitadora
El
Ludismo y el Cartismo
José
P. Víquez Vargas
Panamá,
14 de marzo 2015
El
Ludismo
El
ludismo fue un movimiento social que se caracterizó por la oposición
a la introducción de maquinaria moderna en el proceso productivo. Se
desarrolló durante las primeras etapas del proceso de
industrialización y dió lugar a violentas acciones de destrucción
de máquinas. Su origen se remonta a la acción de "Ned Ludd",
su mítico líder, un tejedor que en 1779 fue supuestamente pionero
en este tipo de prácticas tras destruir el telar mecánico que
manipulaba. Se desarrolló entre 1800 y 1830, fundamentalmente en
Inglaterra y su intervención estuvo jalonada por una oleada de
amenazas, tumultos y desórdenes que amedrentó a los patronos y
provocó la intervención del gobierno.
La
causa principal que desencadenó los disturbios fue la precaria
situación laboral y social creada tras la introducción de moderna
maquinaria en la producción de textiles, arrastrando a la ruina a
los telares tradicionales, impotentes a la hora de competir con las
fábricas de reciente creación. Los viejos artesanos perdieron sus
negocios y cayeron en el desempleo.
La
agitación que afectó inicialmente a la industria textil se extendió
también al campo, donde el supuesto cabecilla "Capitan Swing"
y sus seguidores dirigieron su ira contra las trilladoras
incorporadas a las labores agrícolas.
Las
acciones contra las máquinas constituyeron el precedente de otras
venideras, esta vez mejor organizadas, dirigidas, no contra las
máquinas, sino contra sus propietarios. El ludismo reunía algunos
rasgos característicos de los motines del Antiguo Régimen,
frecuentes en períodos de crisis de subsistencias. Coincidió con
ellos en la espontaneidad y en la ausencia de una ideología política
definida que los vertebrase. Pero al tiempo, presentaba modernas
peculiaridades propias de los movimientos obreros de la segunda mitad
del siglo XIX.
El
movimiento alcanzó su cénit coincidiendo con los altercados que se
desarrollaron en Inglaterra durante los años 1811 y 1812, reprimidos
con suma dureza por el gobierno, a raíz de los cuales fueron
detenidos y juzgados numerosos revoltosos, de los que unos treinta
fueron condenados a la horca.
Otros
países padecieron similares desórdenes: fue el caso de Francia
(entre 1817 y 1823), Bélgica, Alemania o España (Alcoy en 1821 y
Barcelona en 1835).
Al
igual que el ludismo el cartismo fue un movimiento propio de la
primera etapa del movimiento obrero. Pero, a diferencia de aquel,
tuvo una índole esencialmente política. El término procede de la
“Carta del Pueblo”, documento enviado al Parlamento Británico en
1838, en el que se reivindicaba el sufragio universal masculino y la
participación de los obreros en dicha institución. Los defensores
del cartismo pensaban que cuando los trabajadores alcanzasen el poder
político, podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. La
duración de este movimiento abarcó una década, entre 1838 y 1848.
El
cartismo supuso la toma de contacto de las masas obreras con la
acción política. Hasta entonces habían concentrado su empeño en
la conquista de mejoras de carácter laboral.
En
la “Carta” demandaban el sufragio universal, la supresión del
certificado de propiedad como requisito para formar parte del
Parlamento, inmunidad parlamentaria, un sueldo para los diputados,
etc; estas peticiones poseían un marcado carácter político y eran
necesarias -según sus defensores- para conseguir una profunda
transformación social.
El
movimiento fracasó, entre otras causas, por las disensiones internas
entre sus diversas tendencias, la moderada y la radical. La tendencia
moderada la representaban Lovett y Owen, inclinados a demandas de
tipo económico y laboral; la más radical la lideraron el irlandés
O’Connor y O’Brien, ambos partidarios de acciones contundentes
que incluían el empleo de la huelga general.
La
represión del gobierno británico, que militarizó las zonas en
donde la agitación se hizo más activa, abortó el movimiento. Éste
quedó escindido de forma irreversible hasta su desaparición.
El
fracaso de la revolución de 1848 asestó el golpe definitivo a las
aspiraciones cartistas. En adelante la lucha de carácter político
sería abandonada por los obreros ingleses quienes moderaron en gran
medida sus reivindicaciones para concentrarse en la lucha de carácter
sindical. La acción política se circunscribió al continente, de
manera más significativa a Francia.
Aunque
el cartismo se malogró, constituyó una importante experiencia para
la clase obrera en su intento de mejora de las condiciones de vida;
su acción forzó al gobierno británico a articular una legislación
que en ocasiones contó con un elevado contenido social, siendo un
ejemplo de ello la “Ley de las diez horas”.
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